¿Por qué sigo creyendo en Antanas Mockus?

Para empezar debo ser sincero: la abrumadora derrota en las urnas de Antanas el pasado 30 de mayo me afectó. Después de ejercer mi función como jurado de votación me preocupé: 134 votos para Juan Manuel Santos y 55 para Mockus… decepción. Pero aún guardaba la esperanza, al fin y al cabo una mesa era una muestra muy pequeña.

Después de ver y oír los primeros resultados a los que tuve acceso no podía dar crédito a lo que veía y oía, la diferencia era ya de más de 3 millones de votos ¿Cómo es posible que queramos más de lo mismo? ¿Por qué queremos seguir en el país de las trampas?. A las 6 de la tarde decidí que ya era suficiente, parecerá exagerado pero me deprimí, sin querer comer, ni oír nada más de elecciones, votos o candidatos me fui a dormir; hasta amago de pelea tuve con Rosmary… nadie podía entender mis sentimientos encontrados en ese momento…frustración.

A partir de ese momento permanecí dos semanas sin querer hablar o escribir mucho de política; (me esforcé bastante, lo juro, pero descubrí el twitter y recaí un par de veces) y para ello tomé como excusa el mundial de fútbol, si se quiere, este evento deportivo me ha venido sirviendo como una especie de catarsis para eso que yo mismo denomine “síndrome depresivo post electoral”, el cual me auto diagnostiqué muy temprano el lunes 31 de mayo (con el perdón de toda la comunidad médica especialmente de mi hermana) y cuyos síntomas más agudos desaparecieron el viernes 11 de junio exactamente en el mismo instante en el que el árbitro pitaba el inicio del partido inaugural del mundial entre México y Sudáfrica . Hoy ya más tranquilo con las ideas más claras y en víspera de la segunda vuelta de mañana, retomo la actividad de este blog convencido que ahora con más tranquilidad me mantendré firme al lema de este blog: la objetividad.

Dejemos clara una cosa, seamos realistas: Santos gana mañana; 3.5 millones de votos no los vamos a conseguir en tres semanas, duele es cierto, pero así funciona la democracia, más de 6.5 millones de colombianos decidieron que Santos era quien debía dirigir el destino de este país. Podemos desgastarnos calculando cuantos abstencionistas se pudieron convencer y cuántos de los que votaron en la primera vuelta mañana no lo harán (por el motivo que sea) al fin al cabo son solamente cifras, el camino ya lo han indicado y la tendencia es clara: los colombianos quieren de presidente a Santos, eso sí, muy pero muy a mi pesar así va a ser.

Aún así, creo que para quienes apoyamos a Mockus ir a votar mañana es tanto o más importante que haberlo hecho el 30 de mayo en primera vuelta; porque con ello, demostramos que aún ante la derrota de nuestro candidato seguimos convencidos que hay formas más limpias y decentes de hacer política y expresamos nuestro descuerdo y rechazo a las viejas, tradicionales y “picaras” formas de gobernar y hacer política.


Mañana seguramente Antanas no será elegido presidente, pero ya hemos dado al menos el primer paso hacia el cambio que tanto necesitamos: ya 3.5 millones nos convencimos que hacer política decente si es posible y dejamos claro nuestro rechazo a esas viejas tradiciones que han hecho de nuestra política un juego constante de compra y venta de favores, ya al menos saben que existimos y que es lo que queremos.

Mañana es el verdadero comienzo de la ola verde, mañana es el comienzo de ese movimiento ciudadano que a punta de ganas y ejemplo debe empezar a cambiar esa cultura del atajo, mañana empieza el trabajo duro, el trabajo de veedores del nuevo gobierno. Veedores que sabrán reconocer y elogiar los aciertos del nuevo gobierno pero que indicaran con respeto y firmeza las faltas o errores. Mañana debemos dar vida al movimiento verde apoyándolo en las urnas, de ahí en adelante nos queda aplicar en nuestro quehacer diario todo lo que nos enseñaron.

Ya sabemos que hay líderes dispuestos a cambiar a Colombia con decencia y valores, ya vimos que si hay gente que no quiere ni le gusta hacer picardías, ya nos demostraron que si son capaces y nos expresaron su voluntad, ahora somos nosotros, los colombianos del común: “los de a pie” los que debemos dar verdadera vida a este movimiento, mañana es solo el comienzo de la verdadera ola verde, ya vendrán más elecciones: alcaldías, gobernaciones, concejos locales poco a poco debemos ir ganando espacios, poco a poco debemos ir haciendo el camino, poco a poco iremos arando el terreno.

Por eso sigo creyendo en Antanas Mockus porque creo que apoyarlo esta vez es solo el principio de la esperanza de un país nuevo: más justo, más decente y menos violento, mañana vamos a decirle a esos políticos tradicionales que tanto gustan de picardías y que posan como grandes demócratas que está bien, que ganaron, pero que no olviden que hay partido verde para rato, que mañana mientras tanto nosotros vamos a sembrar semillas porque en cuatro años vamos a llenar Colombia de girasoles. Mañana, con la esperanza renovada votaré verde de nuevo, mañana yo voto cambio, voto por un país decente, mañana vuelvo a votar por Antanas.

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