Empecemos por la gripa

Alguna vez en medio de esas conversaciones que de vez en cuando tengo con familiares o amigos en las que intentamos arreglar Colombia, les he contado un cuento que escuche hace muchos años y que desde entonces me ha parecido muy acertado: Colombia y sus múltiples problemas se puede comparar con el cuerpo de una persona que padece muchas y terribles enfermedades. 

Disculparan mi poca o nula rigurosidad médica y tal vez lo exagerada de mi comparación, pero desde que escuche esta historia me he imaginado a Colombia como una señora que va al médico aquejada de una gripa muy fuerte. La señora en cuestión, tiene un historial médico poco o nada alentador: padece un cáncer de pulmón ya muy avanzado, tiene problemas de circulación, el corazón le anda a medias, tiene gota, reumatismo, mal de ojo, fuma, no hace ejercicio, se está quedando ciega y sorda y para colmo de males anda un poco mal de la cabeza; sin embargo la señora insiste en que su problema más grave es la fuerte gripa. Lo peor del cuento es que a esta señora nos toca hacerle algo, pues al parecer es una señora muy importante.

Colombia tiene tantos males que la lista parece interminable: injusticia social, corrupción, violencia, problemas de infraestructura por nombrar solamente algunos. Son tantos y tan diversos lo males de Colombia que es imposible escoger uno como urgente, todos son importantes y de todos hay que curarla. Tal vez ese mal llamado guerrilla para algunos sea comparable a la fuerte gripa de nuestro paciente imaginario, habría que ser iluso o insensato para pensar que si la curamos de la gripa-guerrilla, automáticamente también la curaremos del resto de sus males. Colombia no se va a mejorar del todo en 2 o 20 años, es más, puede que jamás se cure del todo y siempre padezca de algo.

Sin embargo en un país que lleva tantos años padeciendo de todo, donde ha habido tantos muertos y tanto dolor por cuenta de tantas balas disparadas, intentar buscar el camino de la paz con las guerrillas es un camino válido y necesario que debería llenarnos a de al menos un poco de cautelosa esperanza. Sí, aún curándole la gripa la señora Colombia va a seguir enferma de muchas cosas; el tratamiento no se ve fácil, pero creo que no debe ser tan malo que por ahora intentemos empezar por tratarle la gripa, para que luego nos enfoquemos en tratarle el resto de sus males.